¿Eres un diseñador y desarrollador web autónomo o freelance? ¿Tienes pensando en serlo? Tanto si lo eres como si no, en algún momento deberías enfrentarte a un contrato de diseño y desarrollo web. ¿Por qué? ¡Muy fácil! Porque es algo que te va a permitir lidiar con situaciones incómodas que ningún profesional cualificado quiere en su negocio. Se trata de estar «preparado» y «asegurado» ante clientes que abusan de la condición de «el cliente siempre tiene la razón» (lo siento mucho, pero no siempre es así).
De hecho, me atrevo a decir que. si llevas más de 1 año funcionando como diseñador y desarrollador web autónomo o freelance, ya te habrá pasado. Al principio, todo parece ir sobre ruedas, el cliente en cuestión te cae bien y le facilitas un montón de información totalmente gratis. Al dar tu mano, te empieza a agarrar el brazo y, para cuando te das cuenta, está llegando al hombro ¿Te suena familiar? Si es que sí, tranquilo, todos hemos pasado por lo mismo, pero quiero ayudarte a protegerte de este tipo de clientes.
Es importante que entiendas que es mejor afrontar los problemas antes de que sucedan. Hazte estas preguntas. Si fuese al contrario, ¿El/ella lo harían por mi? ¿Van a obtener un beneficio profesional gracias a mi “ayuda”? ¿Hay peligro de sentar precedente? Para evitar estas experiencias negativas para ti y tu marca, es vital que entiendas la importancia de tener redactado un buen contrato de servicios de diseño web. En esta guía te voy a explicar las cláusulas que debe tener, modelos de contratos y plantillas de contratos creativos.
Índice de contenidos
Razones principales para crear un contrato de diseño web
¿No te han parecido suficientes razones? Tranquilo, hay más. Piensa que este trozo de papel (aunque se puede hacer digitalmente para no herir aún más nuestros bosques) te puede sacar de un buen lío y te puede permitir mejorar tu servicio de diseño web. Al estar todo más «atado», los clientes lo ven con buenos ojos, ya que, ante cualquier problema, ambas partes tienen una guía clara de lo que se ha firmado. Por ello, te dejo las que, para mí, son razones de peso para tener tu propio contrato para ofrecer servicios de diseño web:
- Profesionalizar tu servicio de diseño web: Ofrecer un contrato a tus clientes muestra una cara profesional y una oportunidad de fidelizarles. De hecho, mi recomendación es avisar de que lo ofreces, ya que son muy pocos los que lo hacen y, de esta manera, podrás diferenciar tu servicio de diseño web de gran parte de tu competencia.
- Evitar malos entendidos: La comunicación con tus clientes no siempre es todo lo fluida que debiera. Muchas veces el que habla dice una cosa y el que escucha entiende otra. Incluso a veces se dicen cosas que luego se olvidan. Si está todo por escrito será mucho más difícil el dar pie a malos entendidos y, por ello, será más complicado tener un conflicto con el cliente.
- Asegurar el cobro y el pago: Si no hay un contrato, ambas partes sufren el riesgo de no recibir lo que esperan. El cliente puede temer que no se le entregue la pagina web, blog o tienda online en el plazo estimado, y el diseñador web el no cobrar por sus servicios. Sin embargo, si hay un contrato escrito y firmado por las dos partes, ambas partes estáis protegidas por la ley (siempre y cuando las cláusulas estén bien redactadas y dejen bien claro este y otros puntos).
- Definir quién es responsable de qué: Muchas veces los clientes se quejan de que las cosas van más despacio de lo que ellos esperaban y, en muchas ocasiones, es porque no facilitan el material que necesitas (imágenes, textos, vídeos, etc) en tiempo y forma. Si tienes un contrato bien redactado y explicado, esta parte queda definida en el mismo, con la posibilidad de cancelar el contrato (por ambas partes). De hecho, te recomiendo añadir una opción para cuando exista un retraso, ya que puede ocurrir, no hace daño al proyecto y se puede solucionar rápidamente.
- Definir de quién es la propiedad del diseño: Este punto es complicado. Antes de redactarlo hay que pensar muy bien lo que vas a añadir en el mismo, ya que no es lo mismo diseñar un sitio web con una plantilla premium que una con una plantilla a medida. Una vez tienes esto claro, hay que dejar por escrito el traspaso de poderes (o de licencias) para evitar que tu o el cliente salgáis perjudicados. Mi recomendación es que añadas que, hasta que no se haya hecho el pago completo, el diseño sigue siendo 100% de tu propiedad.
- Poder cancelar el servicio: ¡Sí! Lo has leído bien, un contrato también sirve para cancelar un posible servicio de diseño web, pero añadiendo una dosis grande de tranquilidad. Si añades una cláusula de cancelación del servicio al contrato, te cubres las espaldas ante clientes abusivos y que no respetan el trabajo duro de los demás (y que así se lo piense dos veces antes de «echarle morro»).
- Evitar cambios de dirección: Muchas son las veces que, a lo largo del proyecto, al cliente se le ocurren cosas nuevas que quiere poner o empieza a querer modificar esto o aquello. Esto no es problema, siempre y cuando no supongo un cambio de dirección total (a veces, empezando desde cero). Con un contrato puedes establecer una cláusula que indique cómo se lidiará con los cambios que se establezcan, así como el número de revisiones que se harán.
Cláusulas más importantes del contrato de diseño web
Una vez que ya tienes claras las razones para tener un contrato de diseño web de cara a tus clientes, es momento de que te explique qué cláusulas debe tener el contrato y que lo hacen único e intransferible. Piensa que no hay dos contratos iguales, ya que cada diseñador web (freelance o no) tendrá sus tiempos, derechos, precios, etc. Por ello, deja que te muestre las cláusulas más importantes:
- Objetivo del contrato: Aunque pueda sonar raro, he visto muchos contratos que no ponen el objetivo del mismo. Es cómo ir al taller porque tu coche no funciona bien y no decirle al mecánico nada. Al final adivina qué le pasa, pero dedica tiempo y esfuerzo en algo que era cuestión de charlar contigo 2 minuto. Añade el objetivo del contrato, que no va a ser otro que decir que te comprometes a llevar a cabo, en los términos que en el mismo se establecen, el diseño de un sitio web para tu cliente, quien solicita tus servicios.
- Fecha de inicio y duración del contrato: Es una de las cláusulas más importantes. Una cosa es la fecha de inicio del contrato y otra la fecha de inicio del proyecto. En este caso es importante explicar la cantidad de semanas o meses que se necesitan para llevar a cabo el trabajo y añadir, en caso de imprevistos, el procedimiento que se va a seguir. En este caso te recomiendo incluso la cantidad de días o semanas que se sumarán al proyecto cuando haya retrasos.
- Precio y forma de pago: En todo contrato debe haber una cláusula que explique cuánto se va a pagar y cómo. No sólo basta con añadir la cantidad total (mejor con IVA), sino la forma de pago (si la ofreces) y el % de cada pago. Por ejemplo, si pides un 40% por adelantado, un 40% al mes del proyecto y un 20% al siguiente mes, debes dejarlo muy claro. Además, debes añadir todos los datos bancarios y la forma de pago (te recomiendo la transferencia bancaria).
- Entrega de materiales: Tienes que dejar muy claro qué material necesitas del cliente para poder realizar el trabajo. Establece un horizonte temporal y explica, en detalle, qué necesitas, cuándo lo necesitas y cómo lo necesitas (con medidas si hace falta) para que no haya posibilidad de confundirse.
- Derechos de autor: Es posible que no lo consideres pero, en algunos países, el diseñador conserva los derechos de autor aunque el trabajo sea para un tercero. Establecer términos de derechos de autor claros es vital, especialmente si tu trabajo es muy creativo (o se aleja de lo normal) y si has utilizado ciertos elementos que vayas a utilizar de nuevo (código, imágenes, plugins, vídeos, etc.). En este caso volvemos a la plantilla «ya hecha» o «a medida», ya que puede que, si tienes una buena plantilla propia, no quieras traspasar el 100% de los derechos al cliente (y que este pueda aprovecharte de la misma). Ya sea por un lado o por otro, debes dejarlo muy claro en el contrato para evitar una disputa legal (y que tu trabajo es de tu propiedad hasta que se pague por completo).
- Cambios y revisiones: ¡Otra cláusula crítica! Algunos clientes (los problemáticos) se negarán a pagar hasta que estén 100% satisfechos con su diseño, sin importar el número de revisiones que sean necesarias. No te olvides de dejar claro el número y tipo de revisiones que incluye el precio, así de cómo se contabilizarán las horas extras que hayas de invertir por cambios o revisiones no previstas en el contrato. Si no lo haces, y te topas con un cliente «malo», puede que te arrepientas.
- Términos de confidencialidad: Puede que también quieras añadir una cláusula de confidencialidad en tu contrato con el fin de cubrir tanto al cliente como a ti mismo (o a tu propio negocio). El proyecto en el trabajes debe estar relacionado, de alguna manera, con una empresa de la que el cliente no quiere que hables o que se sepa. El objetivo de este punto es satisfacer a este tipo de cliente y, a la vez, cubrirte tu (si es aplicable), pidiéndoles que no aireen tus buenas prácticas a otras empresas o personas.
- Cancelación: Mientras que el contrato es más un acuerdo vinculante (y legal), la cláusula de cancelación puede definir los procedimientos a seguir ante la retirada de una o ambas partes. Deja por escrito bajo qué condiciones se puede dar de baja el contrato por cada una de las partes y qué coste tiene su cancelación antes de plazo.
- Garantías: Con la garantía pasa algo parecido que con las revisiones. Una vez que el proyecto termina, tu y tu cliente os separáis y seguís caminos diferentes (aquí se podría añadir, por ejemplo, servicios de de mantenimiento), pero, ¿estás ofreciendo una garantía por tu trabajo? Si tu cliente, una vez que se entrega y publica el sitio web, descubre que no has hecho algo que estaba estipulado podría usar esta cláusula para pedir una solución. Te aconsejo añadirla, ya que dice que te comprometes con tu trabajo y que, en caso de error o fallo, estarías dispuesto a solucionarlo. ¡Ah! Eso sí, siempre y cuando no haya habido cambios de ningún tipo (esto incluye cambios de hosting).
- Créditos: El diseñador y cualquier otro creador debe tener un espacio en los créditos. Puede ser su nombre, la página web, el logo, etc. No importa lo que sea, pero déjalo claro en el contrato para que el cliente no pueda deshacerse de tu nombre después de publicar el sitio web.
- Acuerdo de buena voluntad: Esta cláusula es más por el buen hacer y se basa en un acuerdo de buena voluntad por ambas partes. Un contrato no puede recoger todas las situaciones, por lo que siempre es bueno firmar la paz e intentar hacer las cosas sin ánimo de herir.
Modelos y plantillas creativas para el contrato de servicios web
¿Conoces la frase popular que «no es suficiente con ser la mujer del César, sino que hay que parecerlo»? Puedes ser un diseñador web fabuloso, pero si vas por ahí con un contrato «de andar por casa», no estarás dando la imagen que se corresponde con tu talento. No estoy diciendo que te gastes una millonada, tan solo que cuides el aspecto de la documentación que entregas. Ya te lo he explicado alguna vez con el curriculum vitae y las plantillas para crearlos: la imagen que transmites es clave si quieres lograr tus objetivos.
Por ello, y para facilitarte la vida, he hecho una lista con una recopilación de plantillas para la creación de contratos de servicios de diseño web. El objetivo es claro: ofrecer un servicio perfecto con unos acabados que te diferencien de tu competencia. De hecho, ya de paso, algunas de estas plantillas incluyen facturas y propuestas de presupuesto, entre otros añadidos que te vendrán fenomenal. Soy de los que opina que merece la pena invertir en ofrecer una imagen profesional, pues eso puede marcar la diferencia entre conseguir un proyecto o no conseguirlo.
Conclusión: Asegura y profesionaliza tus proyectos con un buen contrato
¿Has visto lo importante que es tener un buen contrato a mano? No hay que pensar de nadie, y menos de tus clientes, pero es bueno formalizar las cosas y dejarlas por escrito, ya que, de esa manera, ambos estaréis seguros de que ninguno puede sobrepasarse o aprovecharse del otro. Por desgracia, hay personas que buscan lo más mínimo para «encender la mecha» y es bueno disponer de un respaldo legal que te permita estar más tranquilo y que te centres en lo importante: crear una página web perfecta a tu cliente.
El objetivo es tener menos dolores de cabeza y, por supuesto, evitar conflictos con tus clientes. Junto a las cláusulas que te he explicado, que suelen básicas, puedes añadir todas las que quieras para crear un contrato pensado para el tipo de servicio que ofreces. Recuerda que sería recomendable enviárselo a un abogado para que lo que revisase antes de empezar a enviarlo a los clientes (asi te aseguras al 100% de su legalidad).
Espero que esta guía te haya parecido útil para crear tu propio contrato y que te proteja a la hora de iniciar cualquier proyecto de diseño web? ¿Añadirías algo más? Me encantaría que compartieses tu experiencia o compartas tus dudas y preguntas dejándome un comentario, me encantará responderlo.
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Soy muchas cosas, pero todo empezó como blogger hace más de 20 años. Desde ahí he ido ido creciendo como persona y profesional hasta que decidí dejar un buen trabajo, emprender por mi cuenta y poner en marcha mi propia agencia de marketing digital. Ahora, junto con un equipo joven, motivado y muy cualificado, ayudo a profesionales y empresas a crear y hacer crecer su negocio en Internet ofreciendo un servicio de marketing digital atento, cercano, integral y profesional.
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