Qué es una Dirección IP y Cómo Saber CUÁL Es Mi IP

La palabra IP es en realidad la sigla de Internet Protocol (en inglés). Este protocolo permite que exista una comunicación entre las personas de distintas redes, entre ellas internet. Para que esto sea posible, el protocolo funciona asignando a cada dispositivo una dirección única que te identifica inequívocamente dentro de la red. Dicha dirección es lo que se conoce como dirección IP. Por tanto, se trata de una manera que tiene la red (en este caso, internet) de saber quién eres.

Existen dos tipos de direcciones IP fundamentales: Pública y Privada. Como su propio nombre indica, las direcciones IP públicas son visibles para cualquier usuario que tenga conexión a internet. En cambio, las privadas sólo son visibles dentro de una red con acceso limitado, e identifican a cualquier dispositivo conectado a dicha red. Aunque también es posible crear una red privada con acceso a internet, para ello, necesitarás contar con un servicio de internet contratado. Éste te proporcionará un acceso a la red pública, de manera que podrás dotar de conexión a internet a los dispositivos de tu red privada. Por otro lado, también es conveniente distinguir entre las direcciones IP fijas (no cambian) y las dinámicas (sí lo hacen).

Una dirección IP pública es visible desde todo Internet, y te identifican como usuario en la red ya que no existen dos IPs iguales en dos usuarios diferentes. Esta dirección te la asigna tu proveedor de Internet o ISP, y te permite navegar por internet. Se trata, por tanto, de un elemento absolutamente indispensable para conectarse a internet, y resulta visible para cualquier internauta. Se distribuyen de forma global de manera que cada una de ellas sea única en todo el mundo. Su principal propósito es permitir la comunicación entre usuarios usando el Protocolo de Internet o bien permitir la comunicación entre redes privadas interconectadas.

Una dirección IP privada es aquella que identifica a los diferentes dispositivos de una red local. Normalmente, los aparatos conectados en la misma casa compartirán la misma IP Pública (ya que ésta depende de la conexión a internet, y si comparten la misma conexión tendrán la misma IP). En cambio, las direcciones privadas son únicas para cada dispositivo de la red, además de ser visibles únicamente desde una red interna (no desde internet). Se pueden utilizar, por ejemplo, para identificar a las distintas personas en sus diferentes puestos de trabajo en una empresa.

Las direcciones IP privadas se organizan en tres clases que son diferentes rangos de IP, utilizándose una u otra en función del tamaño de la red en la que se vayan a usar. Estas tres clases de direcciones IP privadas tienen en total unos 18 millones de números, y a cada clase les corresponde una cantidad determinada de dichos números (direcciones). El rango de Clase A dispone de la mitad del total de direcciones IP posibles (por lo cual es la más grande). Por su parte, el rango de Clase B posee un cuarto de las direcciones posibles totales. Y las direcciones de Clase C sólo tienen un octavo de todos los números disponibles.

Una IP será fija si no cambia nunca: el dispositivo tendrá siempre la misma, ya sea en internet (IP fija pública) o en una red doméstica (IP fija privada). La ventaja de este tipo de direcciones IP es que ofrecen conexiones más fiables y estables, y suelen permitir mayores velocidades de carga y descarga. Además, permiten un control exclusivo de tu IP, nadie más puede usarla. Por eso, son frecuentes en servidores y servicios de alojamiento web, o en sistemas de redes virtuales o VPN. Puedes configurar tu router para que trabaje con IP fijas, pero será necesario configurar la IP manualmente constituyendo un parámetro para la configuración del equipo.

Las IP dinámicas son variables y van cambiando cada cierto tiempo. La gestión la realiza tu router y lo reparte de forma automática en función de la disponibilidad que tenga. Un dispositivo puede tener una IP en un cierto momento del día y en unas horas tener otra totalmente distinta. Se trata de redes que, por lo general, son más seguras que las fijas, dado que te ofrecen más privacidad en Internet al cambiar constantemente. Sin embargo, es más fácil que falle la conexión y tengan una velocidad menor.

El protocolo TCP/IP surgió de un proyecto de defensa llamado DARPA en 1969 adoptándose como estandar en 1983 convirtiéndose en el más usado en las redes  y protocolo estándar en Internet.

Existe un organismo a nivel europeo llamado RIPE que proporciona la coordinación administrativa de la infraestructura de internet. Sus miembros son básicamente los ISP, se encargan del buen funcionamiento y supervisan el agotamiento del IPv4 (la versión 4 del Protocolo de Internet) y lidera el cambio hacia la opción IPv6, dado que el número de dispositivos conectados aumenta exponencialmente cada año. Estas direcciones están definidas según lo estipulado en el RFC2050, documento que dice que en cada distribución y asignación de direcciones de IP Públicas se debe garantizar que se cumplan las siguientes cuatro condiciones:

La IP puede proporcionar una gran cantidad de información. Por eso, es muy buena idea saber cómo puedes encontrar tu IP, especialmente si te la están pidiendo para configurar algún servicio o por mera curiosidad. Si es una IP fija siempre vas a tener la misma, pero esto no es lo habitual. Normalmente, cada vez que accedas a ver tu IP encontrarás una distinta (sobre todo si la buscas en diferentes días). No obstante, aquí te planteo algunas de las razones por las cuales deberías aprender a encontrar tu IP:

Hay cientos herramientas online con las que puedes saber cual es tú IP, pero además, algunas de ellas contienen otras funcionalidades para que averigües otros datos relevantes sobre tu IP (como, por ejemplo, tu ubicación). Tener el control de tu red te servirá, entre otras cosas, para saber qué puertos están abiertos, conocer el tráfico que se genera en tu red, y el estado de los diferentes sistemas informáticos e instalaciones que tengas. Existen diferentes herramientas creadas tanto en la web como en apps instalables dentro de tu PC. Normalmente las que están en la web se utilizan para recopilar datos basados en tu IP pública, y las apps en la mayoría de los casos te sirven para trabajar con las de tu IP privada.

Para ocultar nuestra dirección IP puedes utilizar distintos servicios online que se conocen con el nombre de Web Proxy o VPN. Una VPN es una red privada virtual que se encarga de cambiar tu dirección (ubicándote virtualmente en un lugar diferente). Así, tu IP se redirecciona a través de un túnel encriptado de modo que nadie puede verla. Por eso, se trata de una herramienta que añade una capa de seguridad extra a cualquier red que te conectes. Entre otras cosas, como con tu VPN ocultas tu dirección IP, podrás acceder a contenido para el que exista una restricción geográfica, de forma que nada en Internet estará bloqueado para ti. Otro de los motivos quizás más personales es para evitar dejar tu huella digital allí por donde pasas. Si quieres ocultar tu IP tendrás que utilizar alguna de las siguientes herramientas:

Existen muchas formas de navegar de forma oculta, una opción sencilla es cambiar la dirección IP y ocultarla de forma directa con un VPN (Virtual Private Network) como has visto anteriormente. Pero ésta no es la única manera de conseguirlo. También puedes navegar de forma anónima desde los principales buscadores de Internet utilizando el modo incógnito a través de comandos, instalando un proxy en cada buscador o incluso añadiendo extensiones para ocultar la localización donde te encuentres, generando ruido y permitiendo que no se detecte tu ubicación cuando navegas.

Navegar de forma oculta te da ventajas en todos los navegadores, pero también supone ciertas desventajas. Las principales ventajas son que, por un lado, no se guarda el historial de navegación (es decir, la información de los sitios web a los que accedes), y por otro lado, tampoco se almacenan las cookies de ninguna página web, dado que al cerrar la ventana automáticamente se eliminan tanto las cookies como las contraseñas guardadas y otros datos. No obstante, has de tener en cuenta que no se elimina por completo tu rastro online, ya que los sitios que visitas podrán reconocer tu IP. Además, tampoco estarás protegido ante los virus, el modo incógnito está preparado para proteger en cierta medida tu privacidad, pero no tu seguridad.

Puedes navegar en modo incógnito en Google Chrome después de abrir el navegador, pulsando la siguiente combinación de teclas: Ctrl + Shift + N. Otra opción para abrir el modo incógnito es la siguiente: haz clic en el icono de 3 puntos de la esquina superior derecha, y luego haz clic en «Nueva ventana de incógnito». Por otro lado, también puedes instalar el proxy de Chrome que tiene una forma similar de funcionar al de una VPN, a través de sencillos pasos: Preferencias > Configuración Avanzada > clic en cambiar la configuración del proxy > Conexiones > LAN > activar casilla para usar servidor proxy par LAN y automáticamente tras hacer clic en aceptar estás navegando de forma incógnita. Chrome evita que que se almacenen tus cookies, abrir sesiones paralelas, no almacenar contraseñas y datos como nombres de cuentas, también puedes invitar a otra persona a tu sesión en modo incógnito.

Para activar el modo de navegación en FireFox de forma privada tienes que hacer clic en el menú en la parte superior derecha y luego en el elemento de la ventana Anónimo. Para usar el proxy y ocultar nuestra navegación tienes que pulsar en: Avanzado > Red > en la sección conexión vete a configuración y en el campo proxy HTTP, si utilizas proxy FTP completas el campo y haces clic en aceptar para guardar los cambios. Una de las ventajas frente a Chrome es que tiene protección contra rastreo, minimizando la posibilidad de que otras personas puedan seguir tu actividad de navegación en distintos sitios. Sin embargo, conservará los marcadores y archivos nuevos que descargues. Tiene protección contra “phishing” (suplantación de identidad)  y “malware” (software malicioso).

En Microsoft Edge puedes activar el modo de incógnito haciendo clic en el menú de la parte superior derecha y luego en la ventana New In Private, y ya estarás navegando de incógnito. En el navegador internet Explorer a través de la sección Herramientas > Opciones de Internet > Conexiones > Configuración LAN > Activar casilla para usar servidor proxy incrustando su dirección > Puerto > Aceptar para guardar los cambios. Se ha descubierto que los sitios web visitados en Microsoft Edge se recuperan del disco duro de los usuarios con una simple inspección del fichero WebCache. Están investigando el problema.

Puedes navegar en Safari de forma privada de forma tan sencilla como esta: Archivo > Nueva ventana Privada > Intro y ya estarías navegando de forma oculta. Ahora bien, si quieres configurar un servidor proxy en Safari tienes que seguir los siguientes pasos: Safari > Preferencias > Avanzado > Cambiar ajustes (al lado de proxies) > Detección de proxy automática. Ahí modificas según la información que te haya proporcionado tu administrador de red en los ajustes del servidor del proxy y finalmente haz clic en «Aceptar». En la navegación privada de Safari ningún sitio puede acceder a las cookies de otro ni te van a rastrear. Además, te protegerá de los sitios fraudulentos y de aquellos que sea posible que tengan malware. Un opción curiosa es que puedes compartir cualquier cosa sin salir de Safari, además que puedes añadir Mail, Mensaje o AirDrop o añadirlo a una nota.

Todos los dispositivos conectados a internet tienen IP pública. Y es algo sencillo para cualquiera el identificar y conocer tu dirección IP, lo cual permite a páginas web, servicios y aplicaciones controlar tu experiencia basándose en tus intenciones (ayudándose para ello también de las cookies que se almacenan en tu navegador). Utilizar VPN puede ser una solución muy práctica para navegar de una forma más anónima y segura, además de que es muy sencillo de utilizar y muy económico.

No obstante, ya saber que hay otras herramientas, y deberás elegir una de ellas en función de tus necesidades, de cuán familiarizado estés con ellas y del dinero que quieras invertir (pues algunas son gratuitas y otras de pago). Al fin y al cabo, eres tú quien decide sobre su propia seguridad en la red, entendiendo por ello tu presencia en Internet. Tu transformación digital depende sólo de ti, y tu seguridad y privacidad también: conocer tu IP y ocultarla para navegar es decisión tuya y privada.

¿Qué te han parecido las diferentes opciones para conocer tu dirección IP? ¿Conocías todas las herramientas para verlas y para ocultarlas? ¿Hay alguna que te haya llamado la atención? ¿Crees que me he dejado alguna? ¿Te has quedado con alguna duda o pregunta? Entonces te pido es que dejes un comentario. Da igual que sea o una duda o un simple gracias, pero me alegraré mucho de leerlo y responderlo.