Cómo Despertar la INSPIRACIÓN para ESCRIBIR en un BLOG

No me siento particularmente inspirada el día de hoy. A veces siento que ya he escrito tanto que ya he extraído todo lo que había en esta cabecita. No me queda nada sobre lo que escribir. En esos momentos, me voy a mi Little Black Book, donde anoto títulos que me vienen justo en momentos opuestos, de gran inspiración. ¡Espera! Ahora tengo la seguridad de que nada, ni por esas ¡Con los magníficos títulos que tengo ahí anotados! (Por lo menos debo de tener 30). Tengo hasta títulos para libros que nunca escribiré. Ahora, los títulos, son espectaculares. Lástima que solo sean eso: títulos.

¿Qué hacer cuando la inspiración no acompaña? Pero a mí a cabezona no me gana nadie. Imagínate, soy tauro y mis padres aragoneses. Con eso te digo todo. Así que cuando no se presentan las musas, aun tratando de atraerlas con ideas, conceptos e incluso Little Black Books y títulos concretos, hago una o varias de estas cosas para generar, por lo menos, un estado mental diferente.

1. Me acuerdo de algo que dijo Mark Twain: “The secret of getting ahead is getting started. The secret of getting started is breaking your complex overwhelming tasks into small manageable tasks, and then starting on the first one”. (El secreto para avanzar es empezar. El secreto para empezar es fraccionar las tareas grandes y complejas en tareas más pequeñas y manejables, y empezar por la primera”).
2. Me pongo a contestar preguntas en Yahoo! Respuestas: Lo encuentro inspirador, porque la gente dice tantas tonterías.
3. Miro la hora: Si es ya tarde, espero hasta el día siguiente (generalmente, eres más creativos por la mañana).

En general, eso es todo lo que necesito para volver a inspirarme. Pero claro, todo lleva un proceso. No me es tan fácil desde siempre. Para llegar hasta aquí, he tenido que pasar por fases e identificar “cosas”. La primera lección que aprendí cuando empezaba a escribir, para ir en busca de las musas cuando la inspiración no me acompaña fue a diferenciar entre bloqueo y vacío en lugar de frustrarte y enfurruñarte, que no te lleva a ningún sitio.

Distingue entre bloqueo y vacío en lugar de frustrarte y enfurruñarte, que no te lleva a ningún sitio

¡Mucho ojo! Bloqueo y vacío son dos cosas totalmente diferentes, pero ¡tan fáciles de confundir entre ellas! Si lo que tienes es vacío y vas y te sientas delante de una página en blanco durante horas, así seguirá, en blanco (si tienes unos estándares mínimos de calidad para tus escritos, claro). Ninguno de estos dos conceptos o “problemas” es más fácil de solucionar que el otro. Simplemente, la causa es distinta y, por tanto, las soluciones deben buscarse por diferentes vías.

Un bloqueo se puede afrontar o abordar, mientras que el vacío hay que rellenarlo de algo. El vacío es algo más complejo. No estás bloqueado, no es que no “te salga”, es que te sientes vacío. Necesitas llenarte. En ese caso, es mejor alejarse de la tarea y hacer algo que te recargue las baterías, algo que refresque tu cerebro.

Si nunca antes te habías dado cuenta de que existen estos dos conceptos diferentes, bloqueos y vacíos, al principio te va a costar un poco diferenciarlos, cuando la inspiración no te acompañe para escribir en tu blog (o en ajenos). Trata de identificar si lo que te pasa en ese momento es producto de la pereza, de que no te apetece ponerte a ello. A esto lo llamo la resistencia: El ser humano es tan cabezón que, a veces, ante una obligación, siente rechazo (y se comporta como un niño malcriado).

Esto es para sentir que realmente es él quien tiene el control, no la obligación. En fin, son pajas mentales humanas. Estúpidas, pero muy comunes en todos nosotros.  Bueno, pues en ese caso, es un bloqueo. Si, por el contrario, no estás llevándote la contraria a ti mismo como en el caso anterior, o sea, que te plantas delante del ordenador (o del papel) para escribir y no hay forma de que te salga algo, entonces probablemente es fruto de un vacío. De nada te servirá luchar contra ello. Tal vez simplemente necesitas un descanso y recargar las pilas. Una vez sepas si lo que tienes es bloqueo o vacío, ahí va la siguiente lección.

Todos los que escribimos frecuentemente en un blog o varios sabemos que hay días y días. El día que se nos pasa por la cabeza lo de “hoy no estoy inspirada” pueden ocurrir tres cosas:

1. Sigues haciendo caso a esa vocecita: En ese caso, estás auto saboteándote. Nada de qué preocuparse. Es algo muy común, y no solo en el mundo del blogging o de las letras. Esa vocecilla es la misma que a veces te dice: “Bah, qué más da si hoy no vas al gym, ya irás mañana”, “Sí, sí. El lunes nos ponemos a dieta, así que hoy aprovechemos. ¡Vamos a ponernos las botas!”, “No vayas hoy a clase, por un día no pasa nada”, “Cómete ese postre, que lo estás deseando”, “Ya dejaremos de fumar el año que viene”. En efecto, esa misma voz es la que te dice: “Bah, no escribas hoy. Total, te quedan dos días hasta el día oficial de publicación. ¡Si no estás inspirada! ¿Para qué te vas a esforzar?”. Somos tan tontitos, que hacemos caso a la voz saboteadora sin siquiera darnos cuenta de ello.
2. Te das cuenta de que la vocecita petarda esta te está incordiando: Así que no le das importancia conscientemente y te pones manos a la obra. Pero OMG, no funciona. En este caso, muchas veces, encuentras resistencia. Señal de que la vocecita, aunque le has dicho que se vaya a paseo, sigue por ahí dando la brasa. Estás luchando contra ella, pero, así como con pocas ganas y convencimiento. Como con un deseo oculto de que sea ella quien gane la batalla, porque en el fondo no nos apetece nada, pero nada, escribir ese post. ¡Uff! Malo.
3. Te das cuenta de que tiene más que ver con el vacío: Te has puesto manos a la obra, haces el esfuerzo, pero no hay forma. Entonces es mejor que te des una vuelta, hagas algo de ejercicio o pases a la siguiente lección más abajo.

Como ves en el punto 1 y 2, auto sabotaje y resistencia son dos cosas distintas, pero muy fácilmente confundibles y muy ligadas entre sí a nivel inconsciente. En ambos casos el origen puede ser alguna preocupación ajena a la tarea, ese afán de demostrar (¿a quién?) yo tengo el control o, simplemente, poca disposición por los motivos que sean. Se puede luchar contra esto y superar el bloqueo “fácilmente”.

Importante también es saber si merece la pena luchar de frente contra el bloqueo. Nadie se lanza de cabeza contra un bloque de hormigón o un obstáculo duro en el camino. Si se puede rodear o saltar con pértiga (me acuerdo de Chus Lampreave en La Flor de mi Secreto: “… ¡Qué quieres! ¡Que salte con pértiga!”), mejor que atravesarlo o tratar de chafarlo como si fuéras una apisonadora, que no lo eres.

En mi caso, por ejemplo, lo hago rodeando porque soy cabezona, pero no burra. Por eso, me pongo a contestar preguntas en Yahoo! Respuestas. Algunas preguntas son tan idiotas o absurdas, que estimulan mi vena creativa al máximo. A veces incluso escribo las respuestas, pero después no le doy a publicar, porque soy excesivamente crítica, directa y sincera y en realidad no quiero herir los sentimientos de nadie. Solo quiero abrir la llave de paso de la inspiración. Y lo consigo.

Otra forma es repasar antiguos posts. Durante este repaso, te será fácil identificar ciertas carencias. ¿Hay ideas, conceptos o temas que no has podido explicar debidamente en el transcurso de ese post? Seguro que algunos podrían ser tópicos estupendos para nuevos posts. Lo dicho, estas son algunas de las fórmulas que yo utilizo, porque me he dado cuenta de que a mí me funcionan. Cada cual tiene que encontrar las suyas propias.

Suele ocurrir cuando no tienes ideas. Pero no solo eso. Ni las tienes ni eres capaces de generarlas, aunque quieras. Por ejemplo, en el caso que acabo de mencionar arriba, tampoco funcionaría. O sea, te pones a buscar ideas en posts antiguos que puedas desarrollar en posts aparte, y ni por esas. No sabes sobre qué escribir, te quedas en blanco pese a tus esfuerzos. O sea, al contrario que con el bloqueo, que casi siempre ocurre cuando sí sabes sobre qué quieres o debes escribir, pero no te apetece demasiado.

Los que escribimos habitualmente en blogs, tenemos una ligera idea de los temas que queremos abordar en nuestros artículos. Así que, por lo general, no “padecemos de vacíos”. El vacío suele ser otra cosa. Se te acaban las ideas. Piensa que ya he escrito sobre todo lo que sabes o que ya está dicho todo sobre la (¡única!) idea que se te ha ocurrido. Aquí no hay nada contra lo que luchar ni pared que derribar.

Lo mejor en estos casos es airearse. Hacer algo de ejercicio estimula las neuronas. Dar un paseo, por ejemplo. Hay quienes les funciona caminar tranquilamente por un parque o el campo si lo tienen a mano. Distraerse, descansar. Hacer algo distinto, alejarse de la tarea, tomar distancia (puede ser física o mental). Hay quienes se inspiran escuchando música o un programa de radio interesante. Entrar en una librería y hojear unos cuantos libros. Ir al gimnasio o correr. Jugar con tus hijos un rato o cocinar.

Vale más prevenir que curar. Menos ocasiones de poca inspiración te asediarán si estás más preparado/a y eres más disciplinado. A veces, solamente pensar que TIENES QUE escribir ese post antes de tal día, te reconcome los higadillos. Así, empezará a manifestarse el sabotaje y la resistencia.

Pero si adquieres el hábito, por ejemplo, de escribir siempre tu post semanal, el mismo día, como una tarea que requiere planificación, orden y disciplina, en poco tiempo lo tendrás superado. Y si estás mejor preparado, te resultará incluso más fácil.

¿Por qué crees que tengo yo mi Little Black Book? Y no solo tengo mi pequeña libreta de notas, también tengo una carpeta de archivos en mi ordenador, donde coloco posibles posts para escribir.

Cuando estás en la última fase de Web Coaching (que es el que incluye formación entre otras cosas) mis clientes se acongojan cuando les digo que deberían escribir, al menos, un post por semana. Ponen el grito en el cielo y me dicen: “Pero, ¿de qué voy a escribir yo una vez a la semana!”. Siempre les tranquilizo diciéndoles que no se preocupen, les saldrá inspiración por las orejas, si siguen “mi método” al principio.

A ver, que ese concepto de “método inspirador” me lo acabo de inventar a raíz de este post. Se me ha ocurrido así porque esta es la forma o método en que yo trato de animar a mis clientes a que empiecen a escribir en su blog sin ese miedo inicial que algunos sienten. Siempre les funciona, con lo que me doy por satisfecha. Lo que sí he detectado en mis clientes, es que ese miedo inicial no es un miedo a escribir.

Se trata de un miedo a lo nuevo y a que les falle la inspiración y la disciplina. Esto de escribir regularmente es algo que no han hecho nunca antes (por lo general). Tendrán que incorporar una nueva actividad, del todo ajena hasta ahora, en su día a día. Ahí radican sus miedos más potentes, en que es algo nuevo y que, por tanto, algo que no saben si harán bien. Porque por lo demás, tienen miles de cosas que decir, todos son muy entusiastas con su actividad profesional y una ilusión tremenda.

Así que, ideas sobre las que escribir, no les van a faltar. Y esto es decisivo, sobre todo al principio, que es cuando esa inseguridad es más intensa: prácticamente al mismo ritmo que se les van acabando los primeros temas sobre los que escribir, irá aumentando la disciplina y el hábito de escribir y disminuirá la inseguridad. Las gallinas que entran por las que salen.

Método inspirador (Parte #1)

Así es como, más o menos, les explico a mis clientes que tienen dudas sobre su propia capacidad de creación de posts. Supón que este ejemplo es para alguien cuya palabra clave es la PNL, para ver ejemplos más claros. A ver, Citanita:

1. Escribe un post sobre tu palabra clave principal, con título similar a “¿Qué es la/el… [palabra clave]?”. Ej. ¿Qué es la PNL? Y muchos otros del tipo: Orígenes de la PNL. Historia breve de la PNL. ¿Quiénes son los creadores de la PNL? ¿Qué tiene que ver la PNL con…? Las creencias limitantes y la PNL. En fin, infiniiiitas posibilidades, ¿ves?
2. Escribe un post, tal vez con la misma palabra clave, pero con un título similar a “Tipos de… [palabra clave]”. Ej. ¿Hay distintos tipos de PNL?
3. Escribe otro con el formate de título “Beneficios (o ventajas) de… [palabra clave]”. Ej. Beneficios de la PNL
4. Detecta con qué se suele o puede confundir tu [palabra clave]: “El [palabra clave] no es lo mismo que…” o “Diferencias entre [palabra clave] y …”. Ej. PNL no es coaching, ni coaching es solo PNL. Diferencias entre PNL y coaching.
5. Haz un listado: “N mitos sobre [palabra clave]”. Ej. 9 mitos sobre la PNL, desvelados.
6. Haz una pregunta“¿Cómo te puede ayudar a ti la/el [palabra clave]?”. Ej. ¿Para qué sirve la PNL? O ¿Cómo te puede ayudar a ti la PNL?

En fin, podrías seguir hasta el infinito y más allá. Sobre todo, teniendo en cuenta que no solo de una palabra clave vive un blog. Has terminado la primera parte del “método” con éxito. Vamos a la siguiente.

Método inspirador (Parte #2)

Durante, o después de escribir esos posts, has de prestar mucha atención a tu propio texto, porque en él están las claves de posteriores artículos. A mí me pasa mogollón. Me explico. Estoy escribiendo algo y, volviendo a leer el texto, me doy cuenta de que hay ideas suficientes para un par de posts adicionales que, tal vez, podrían ampliar tal o cual término o información. Apunto las ideas y las guardo en una carpeta especialmente creada para ello.

Por ejemplo, antes he escrito (juro que inintencionadamente ha salido así, y por eso lo pongo como ejemplo): «En fin… podría seguir hasta el infinito y más allá. Sobre todo, teniendo en cuenta que no solo de una palabra clave vive un blog.» ¿Crees que podrías sacar un nuevo post de la idea no solo de una palabra clave vive un blog? Yo creo que sí. Y de muchas más en este post, también.

Otro ejemplo. Recuerdo cuando empecé a centrarme en escribir mucho sobre diseño web en general. Muchas veces que escribía sobre diseño web, aparecían conceptos que tenía que explicar, como la usabilidad y la estructura web (dos de las 4 patas fundamentales de todo diseño web, en mi opinión). Pues para no extenderme demasiado en el mismo post con la explicación sobre usabilidad y estructura, escribía, a posteriori, artículos donde poder explicarlo con pelos y señales (Qué es la usabilidad web, cómo influye la usabilidad en el rendimiento de tu página, N trucos para mejorar la usabilidad de tu web en un pis-pas, etc.).

Después ponía los enlaces correspondientes y santas pascuas. Había sacado ideas para docenas de posts, casi de forma involuntaria. Claro que, hay que estar atenta/o a la “aparición” de esas nuevas ideas o conceptos sobre los que escribir (o hacerlo como decía en el punto justo anterior a “Llenar el vacío”).

El caso es que hay que darse cuenta de que la fuente de inspiración no es otra que tú mismo, tus conocimientos y mucho de lo que ya tienes escrito. Se trata de ir repasando nuestros propios artículos y ver de dónde podrían salir ramificaciones interesantes para nuestra audiencia. También darte cuenta de que hay que analizar justamente eso, si el tema es atractivo para ellos.

¡Espera! ¡Otro ejemplo más! Al principio, en mi blog, escribía mucho sobre posicionamiento. En uno de esos artículos recuerdo dejar pendiente escribir un post sobre el PageRank de Google, que por entonces ya había desaparecido. Pues eso, jamás lo escribí. Pensándolo mejor, creí que, no solo no era relevante para mis lectores sino que era absurdo hablar de algo que ya no estaba vigente, ni sobre las razones de su desaparición, ni acerca de qué era el PR en su día.

Método inspirador (Parte #3)

Por supuesto, lo anterior (todas esas recomendaciones y truquillos) no garantiza nada. Escribir en un blog puede ser muy gratificante pero también muy frustrante a veces. El entrenamiento se encargará de que la frustración vaya disminuyendo. Cuanto más haces una cosa, en este caso escribir, mejor se te da (siempre que no lo hagas sumamente mal desde el principio, claro). Ya lo decía Aristóteles: lo que tienes que aprender, lo aprendes haciéndolo.

Anexo al “método inspirador”

No siempre estás delante de un ordenador. Para no olvidarte de ideas que se te aparezcan por ciencia infusa en momentos que no lo tienes cerca (estás viendo la tele, cocinando, o un día que vayas en el bus, o andando por la calle), ten un lugar a mano donde apuntarlas. El móvil o una pequeña libreta, por ejemplo.

La gente se ha hecho rápidamente a apuntar las cosas en el móvil. Yo no. Soy una fanática de las plumas, bolis y lápices, por un lado, y de los cuadernos por otro. De ahí mi Little Black Book, que no es un decir. Es una libreta negra pequeña donde apunto estas cosillas, todas de tipo “inspiracional”. Así es como no olvidé posts como “Si eres un gran coach, ¿por qué tu web es una gran caca?”, “El punto G de Google”, etc. En mi LBB, hasta algún poema tengo, y hasta alguno en inglés. Jaté.

Para escribir, es importantísimo también leer y documentarse. Y leer cosas de todo tipo, desde las noticias de un periódico hasta libros de texto, ensayos y novelas. A mí personalmente la ficción no me atrae demasiado y todo lo que leo es no-ficción. Me gusta mucho leer filosofía, psicología, e historias reales, ya sean biografías o historia como tal. No me atrae nada la ficción y fantasía, a excepción de algunos clásicos de obligada lectura y otros libros que han caído en mis manos por casualidad, como algunas de mis favoritas: Ensayo sobre la ceguera, de Saramago; 1984 de George Orwell; o El manuscrito carmesí, de Gala.

Por ejemplo, además de los blogs que suelo leer a menudo, etc., ahora estoy leyendo el famoso Diario de Ana Frank (qué vergüenza no habérmelo leído hasta ahora); la historia de Masters y Johnson, de Thomas Maier; y la historia de una chica llamada Robyn Davidson que se hizo un viaje de tres mil kilómetros a través de los desiertos de Australia acompañada únicamente por 4 camellos y un perro. El libro se llama Tracks. Son los tres fascinantes y, mientras que están en clave narrativa, como si de novelas se tratase, en realidad son historias reales. Muchas de ellas son muy inspiradoras.

Eso de que “no me llega la inspiración” es, en la mayoría de los casos, falta de organización. Si los autores de todas las grandes obras de literatura hubiesen pensado esto, tal vez hoy no tendríamos un Don Quijote o un Otelo. Aplícate el cuento ¡a escribir en el blog sin excusas! Son tantas cosas buenas las que te pueden pasar, que bien vale el esfuerzo, el tiempo y las neuronas que hay que invertir en el proceso.

[easy-tweet tweet=»¿Te has quedado sin #inspiracion? ¿No sabes sobre lo que #escribir? ¡Tranquilo! Lee esta guía» user=»ignaciosantiago»]

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