Empleadas desde sus comienzos como elementos exclusivos de la clase alta, hasta su supervivencia en la actualidad como herramientas indispensables del marketing en una empresa, las tarjetas de visitas han estado presentes en la historia de la humanidad. Y por increíble que parezca su vigencia está más presente que nunca.
Sin embargo, puede que gracias al empleo del correo y las redes sociales, el uso de la tarjeta de visita, haya descendido considerablemente, sobre todo, para el uso personal. No obstante, si se habla de marketing, su empleo sigue estando presente. Por ello, es de gran importancia tener en cuenta qué son precisamente, cuáles son sus ventajas, cómo crearlas paso a paso, las herramientas para cumplir con ello, y por supuesto, tener a disposición varios ejemplos del resultado final de una ya construida.
Índice
Popularmente una tarjeta de vista es conocida como una recopilación de los datos más destacables de una persona. Pero dicha percepción puede ir más allá de un concepto tan sencillo como éste, por eso antes de definir lo que es una tarjeta de visita o una tarjeta de presentación, como también son denominadas, es elemental conocer su historia. Su evolución y sobre todo su origen, ya que conociendo acerca del mismo se pueden deducir los propósitos originales tras su creación.
Las tarjetas de visita poseen un origen mucho más lejano del que se podría pensar, debido a que la primera vez que comenzaron a ser empleadas fue en China. Más específicamente en el siglo XV, no obstante, no fue hasta dos siglos más tarde, es decir, en el siglo XII que dichas tarjetas fueron comenzadas usarse en Europa. Así, el viejo continente inició con una larga historia en materia de tarjetas, pero con la particularidad de que dichas tarjetas no eran empleadas por las personas de todo tipo de clase, y su empleo dista bastante del que se le da en la actualidad.
En el siglo XVII, en Francia las tarjetas eran usadas en exclusivo por la aristocracia, las mismas eran entregadas por los lacayos para avisar por anticipado la visita de los señores a quienes servían, y es de allí precisamente que surge el nombre de “tarjeta de visita”. Tal fue su impacto, y utilidad, que dichas tarjetas se volvieron una herramienta de etiqueta que no podía faltar para la clase alta, y cuya omisión u olvido, implicaba no solo un grave error, sino una gran falta de respeto. Por ejemplo, si una persona deseaba presentarse en la casa de otra, esta debía por cuestiones de etiqueta y buenos modales, dejar primero su tarjeta de visita.
Si se daba el caso de visitar sin que los señores estuviesen en el hogar, se procedía a dejar la tarjeta a los empleados como una muestra fehaciente, de que se había esperado y estado en esta residencia. Las tarjetas de visita eran muy sencillas en sus comienzos, al punto de únicamente contar con el nombre y la dirección fija de su poseedor, todo esto escrito a mano. Mas es en 1855 cuando con la idea de Eugène Disdéri se agregó a las tarjetas de visita una foto, creando así la tarjeta fotográfica. La idea se volvió muy popular, y representó toda una moda para la clase alta de Europa, quienes no tardaron en personalizar con todo tipo de fotos sus tarjetas.
Pero las fotos, fueron solo uno de los primeros pasos para la personalización de la que fue una vez la sencilla y simple tarjeta de presentación. Lo que sucedió a continuación es que con el pasar del tiempo, las personas desearon diferenciar sus tarjetas del resto, y por ende la aplicación de ideas que marcaran una diferencia se convirtió en casi una guerra.
Para la decoración de las piezas se incluían ilustraciones de los emblemas familiares, herramientas que hacían alusión a su empleo, aficiones, inclusive los niños poseían. Pero fue en Inglaterra, donde realmente las tarjetas de visita, pasaron a un siguiente nivel, y dejaron de ser vistas como elementos de la simple etiqueta. En dicho país, se emplearon las tarjetas para negocios, como tradecards o tarjetas de comercio. Así las tarjetas servían para no solo presentar al individuo el cual la entregaba, sino para, por igual obtener publicidad, y hacer resaltar el negocio en el cual se estuviese trabajando sin dar muchos rodeos.
Con el paso del tiempo, y su empleo para los negocios, las tarjetas de visita en Estados Unidos fueron más bien aceptadas y empleadas como calling cards, es decir tarjetas aportadas para mantener el contacto comercial con la persona en cuestión. Las calling cards se volvieron un indispensable de la clase media de los Estados Unidos, y así la tarjeta de visita dejó atrás las normas o propósitos que se les fueron asignadas en un inicio, para servir a usos meramente comerciales, y que no distinguiesen en clases sociales, ni mucho menos.
Pero en resumidas cuentas ¿qué es una tarjeta de visita? Veamos lo que nos explica Wikipedia: “Las tarjetas de visita o tarjetas de presentación son unas piezas en las que se recogen los principales datos de una persona y que se entrega en la primera entrevista o como forma de identificación junto a un regalo, pésame o felicitación. Las informaciones más habituales de una tarjeta son: nombre y apellidos de la persona, su cargo o título, dirección, teléfono, correo electrónico, y logotipo o nombre de la compañía si se trata de una tarjeta profesional”.
Así, se podría decir que en el presente, al hablar de tarjetas de presentación, se habla de tarjetas que las personas intercambian entre sí para generar oportunidades de negocios, y para reforzar el contacto entre empresas o los interesados, ya que si se tiene alguna duda sobre el producto, gracias al contacto otorgado la misma se puede solventar con gran facilidad. Por igual, son una excelente herramienta para establecer estrategias de marketing, e identificación esencial de la empresa. Muchas veces, se subestima el poder de una simple tarjeta de visita, y es que una sirve para establecer un lazo, una conexión física entre los clientes y la empresa, o inclusive, si se va más allá del ámbito corporativo, se obtiene un enlace entre profesionales, o personas con un interés en común.
Si de enumerar las ventas de las tarjetas de visita se trata, se tienen varias de gran valor. Algunas de ellas son:
- Imprimen notoriedad en la marca que se está publicitando, ya que se divulga la misma, y se ganan contactos mediante este ejercicio.
- Es una herramienta que permite que el cliente pueda colocarse en contacto con el proveedor del servicio usado, sin problemas.
- Pueden ser fabricadas en una gran variedad de texturas, materiales y formas, todo esto para agregar la personalidad necesaria a estas.
- Los datos contenidos en las tarjetas de visita pueden ir más allá que de un nombre, profesión y número telefónico, hoy en día es común incluir direcciones de correos electrónicos, e inclusive sitios web y usuarios en las redes sociales, como es el caso de Twitter, Facebook, Instagram, Tumblr, Snapchat, y Pinterest.
Una vez planteada la necesidad de tener tarjetas de visita, se piensa en una de las preguntas más importantes ¿Cómo le doy forma a mi tarjeta? ¿Debería tener un orden según los datos allí puestos? ¿Qué deseo que mis clientes o colegas sepan de mí?
Todas estas preguntas tendrán una respuesta a continuación, y es que precisamente, una buena estructura es aquello que diferencia a una tarjeta de visita buena de una mala.
Lo primero y principal para crear una estructura adecuada, es tener muy claro lo que se desea transmitir. Tan simple como eso. No se puede comparar la tarjeta de un abogado a la de una organizadora de bodas, la apariencia de acuerdo a la tipografía y colores es esencial para iniciar con la presentación.
Decidido lo anterior se debe elegir cuáles datos irán contenidos en la tarjeta. Es esencial decir lo justo y necesario, así entre los datos básicos se encuentran por ejemplo: nombre y apellido (o nombre de la empresa en tal caso), cargo o profesión (si se trata de una empresa ¿a qué se dedica?), y alguna forma de contacto (ya sea número telefónico, un correo o una dirección física).
Si se desea ir más allá, como ya se mencionó, es muy común que en la actualidad se mencione el usuario que se posee en alguna red social. Por el contrario, es ya inútil colocar datos como el fax o coordenadas de la empresa en cuestión.
La presentación de una tarjeta de visita es tan indispensable como el contenido que lleva escrito, una imagen clara y directa, ayudará a que lo que se desee transmitir llegue mucho más rápido al destinatario.
Uno de los elementos esenciales es el tamaño que la misma tendrá, y aunque se vale ser original en el estampado de la tarjeta, lo mismo no aplica cuando se trata de las medidas. Por norma general, las tarjetas de visita son rectangulares con 85×55 mm, de esta manera entran en cualquier tipo de billetera.
Su diseño también debe ser limpio, con la cantidad justa de decoración, y sin abundar en datos que es probable, la mayoría no se detenga a leer. El contenido debe ser fácil de leer, para ello ayuda dejar margen en los cuatros lados de la tarjeta.
Con respecto a los elementos que puedan existir, es decir, logos o imágenes, e incluyendo las mismas letras, es indispensable que cada ítem tenga su propio espacio, y que por ende no se sobrecargue el limitado espacio de dicha tarjeta.
La tipografía es otro punto que no puede ser pasado por alto, ya que si se toma en cuenta, es precisamente la tipografía la que puede convertir a una tarjeta en un sueño o una pesadilla. Dependiendo del tipo de letra, quien lea puede que lo haga rápido o por el contrario lo haga con lentitud al no entender del todo lo que se escribe.
El tipo de letra debe ser fácil de leer, no es necesario emplear fuentes que sean demasiado decorativas o sobrecargadas para dar alguna clase de impresión, lo verdaderamente importante aquí es que se entienda la información y ya. En el mismo sentido, una vez escogida una, trata de repetir la misma en toda la tarjeta, o máximo tres, no es recomendable usar más de ese número porque creará una sensación de desorganización y restará atención al contenido elemental.
Si se habla del logo o la imagen, es recomendable emplear uno, porque los logos son la marca distintiva de una empresa o producto, su impacto visual es certero y conciso. Si es una tarjeta de visita personal y no se cuenta con un logo, una imagen acerca del servicio ofrecido o actividad desarrollada es lo ideal, como por ejemplo, si se es taxista algún icono que aluda a esto.
Si de ponerse creativos se trata, se puede intentar con las tarjetas de doble cara. Las tarjetas de visita doble cara permiten jugar más con los datos que son ofrecidos, sobre todo con la gama de colores y con el impacto visual en general.
Y por último, un punto a tomar en cuenta de gran relevancia es el tipo de papel que será empleado para su impresión. Por lo general, el más empleado es el papel estucado o couché, un papel suave y muy blanco que es capaz de resistir en gran medida la humedad, y que viene en distintos gramajes que van desde 80 g hasta 450 g. La consistencia más empleada en tarjetas de presentación son los comprendidos entre 300 g y 450 g.
Otra opción es la del papel offset, con gramajes desde 60 g hasta 350 g, a pesar de su gran variedad, las tarjetas rugosas provienen de este papel. Y normalmente, su precio es más elevado al del papel estucado o couché. Se debe recordar, que mientras más gramaje mayor dureza.
Dependiendo del papel escogido, se dará el acabado de preferencia, en el caso del estucado se le puede brindar un acabado mate o brillo. Además, si de presentación se trata existen otros tratamientos para una mejor presentación de la tarjeta como el brillo UVI (fina capa de barniz), plastificado (tarjeta laminada), esquinas redondeadas (un toque sencillo y distintivo) o troqueles (microperforadas).
Diseñar tu propia tarjeta de visita puede ser más fácil de lo que creíste gracias a la ayuda de los siguientes portales:
- MiTarjetaPersonal: Un editor gratuito con el cual se pueden diseñar varias tarjetas de presentación sencillas y elegantes con gran rapidez. Se puede escoger entre tamaño americano o internacional.
- MOO : Moo ofrece tarjetas de visita de alta calidad, y con una gran variedad de diseños, todos ellos comprometidos con lo último en tendencias de diseño. Entre sus opciones se incluyen tarjetas adhesivas. El sitio es pago, pero gracias a esto, la variedad de diseños es superior al igual que el nivel de calidad.
- CardXc: Otro editor gratuito que permite el diseño de tarjetas de visita, por igual es posible cargar el logo de la compañía para la que se trabaja, y brinda otras opciones de impresión.
- Tec-IT Business cards: Con una propuesta de lo más original, con Tec-IT Business cards es posible crear una tarjeta de visita con código 2D. Solo se debe escoger alguna de las plantillas, introducir los datos e imprimir el documento, que ya habrá generado el código 2D.
Las plantillas ya predeterminadas son una excelente opción para obtener tu propia tarjeta de visita. Existen diversos portales especializados en ofrecer este servicio, siendo uno de ellos Envato Elements con Graphic river. Allí se es posible encontrar miles de plantillas para este propósito. Algunas de las más populares según su categoría son:
- Print Templates : En esta categoría se pueden encontrar paquetes de plantillas listas para imprimir como lo son Simple Resume (con un costó de 17 dólares), o Simple Professional Business Card (con un precio de 6 dólares).
- Mock-up package: Se trata de plantillas que van mucho más allá de las tarjetas de visita al incluirse otros diseños como caratulas de cds y potadas de revistas, tal cual el Stationery / Branding Mock-Up , o el Branding / Identity Mock-up II .
- Unique templates: Tratando de dejar una huella y fuerte impresión, las plantillas que son diferentes del resto son muy populares tal es el caso de las originales Prepped-4-Print: Translucent Plastic Business Card o de la Hello There Business Card – Creation Kit .
- Realistic Business Card: Otra opción llega de la mano de aquellas plantillas cuya magia se encuentra en la impresión, y que gracias a sus dobleces puede dar un aspecto más realista tal cual es posible con Realistic Business Card Mockups o Stationery / Branding Mock-Up – Vinter Olsen .
Las tarjetas de visita son en definitiva una forma de presentación que destaca la creatividad e individualidad de cada persona, así existen diversos ejemplos de los cuales se puede tomar la inspiración necesaria. Desde los más elegantes, hasta los más coloridos, las tarjetas de visita generalmente suelen reflejar el carácter de quien la entrega, por eso trata de que tu tarjeta sea lo más parecida a ti o a tu empresa en tal caso. Tampoco sirve limitarse en exceso, ya que mientras se sigan los consejos ya dados, lo más seguro es que se obtenga como resultado una buena tarjeta de presentación.
Es igual de importante recordar que no solo se trata del diseño de la tarjeta sino también de la forma en la que se vaya a entregar, acerca de esto Renata Roa, consultora en Imagen Pública y Comunicación Facial, explica que “Una tarjeta de presentación siempre se entrega tomándola por la esquina superior izquierda, esto con el propósito de que sea entregada para que la persona que la recibe la pueda leer de manera inmediata”.
Mientras que si se trata de recibirla, Roa agrega que “la forma adecuada de recibir una es leyéndola, de esta forma transmitirás interés en la persona que se está presentado; después, se guarda en un lugar adecuado, ya sea en el tarjetero o en la cartera; nunca debes guardarla en el bolso o en el bolsillo del traje porque lo único que denotas es que la persona no te interesa”.
Conclusión: Crea una tarjeta de visita profesional hoy mismo
Si se trata de tarjetas de visita no hay nada escrito. Desde las más conservadoras hasta las más innovadoras y a la vanguardia, sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que una tarjeta de visita es una simple y directa carta de presentación donde se dan a conocer nuestros datos. Datos tan sencillos como un nombre o un número de teléfono, pero a la vez tan esenciales para crear lazos con cualquier cliente.
Y aunque puede que gracias a los avances de la tecnología, dichas tarjetas vayan siendo dejadas un poco de lado, recuerda que siempre hay formas nuevas para devolverle la vida a tu tarjeta de visita, porque aunque el tiempo avance lo impreso en papel queda, y todavía a pesar de los años, el papel sigue creando una conexión con el destinatario.
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